Lunes 30 de marzo de 2009
Fuente: El Mercurio de Valparaíso
En sus ratos libres, investiga en qué están ascensores, trolebuses y monumentos.
No es arquitecto, ni antropólogo ni historiador. Lautaro Treviño es un ciudadano común de Valparaíso, pero que se ha ganado la fama de "guardián del patrimonio", por sus constantes investigaciones para saber en qué están y que fue de trolebuses, ascensores y tranvías de la ciudad.
Nacido en Valparaíso, actualmente trabaja como digitador, pero es la investigación patrimonial su verdadera pasión, tanto que ya es una figura reconocida entre autoridades locales, y ha logrado tener una vocería en diversos medios de comunicación.
-¿Cómo nace esta pasión?
"Cuando comencé con esto fue recortando fotos de los diarios y después coleccionando fotos físicas, intercambiando y me empezó a tomar el tema. Por ejemplo, los tranvías, que hubo líneas que cubrieron hasta los cerros y hoy no quedan vestigios, entonces empecé a tomarle el hilo a eso. ¿Cuándo y por qué desaparecieron, cómo se hicieron? Lo mismo con los trolebuses, líneas que hubo, proyectos que quedaron truncos; tal como los ascensores que no se hicieron, los que desaparecieron y en vista que algunos están en vías de extinción, la idea es irlos protegiendo".
-Respecto a los troles y ascensores que van quedando, ¿piensas que las autoridades y la comunidad los valoran lo suficiente?
"No. En ese aspecto soy bastante crítico". Asegura que muchas máquinas se han perdido por mal cuidado de la empresa, "incluso hay uno que es monumento histórico que está perdido, y dos que los están desmantelando a conocimiento del Consejo de Monumentos Nacionales".
Desprotección
Y en cuanto a los ascensores, añade que están muy subvalorados, ya que se ahora están perdiendo el Lecheros y el Villaseca.
"Estoy peleando el caso del ascensor Villaseca, que se supone que va a tener una visita el mismo Consejo de Monumentos para ver las intervenciones que se han hecho. Y si estamos viendo que estamos tratando de recuperar el ascensor La Cruz, Las Cañas, y el del hospital (van Buren), entonces veo que hay una contradicción, porque por un lado se están postulando a monumentos históricos y por otro lado se están destruyendo otros, y ahí veo una contradicción".
Si bien se define como apasionado, en su labor de guardián patrimonial advierte que es sistemático y paciente . "Soy insistente, a veces saco una foto de una calle que está mala, y la guardo. Y si al año después sigue así esa es la que muestro. Tengo foto de dos o tres años y se muestra que muchas cosas no han avanzado (...) tengo una paciencia china".